Pela tomates sin ninguna dificultad
1. Pon un cazo con agua y lleva a ebullición. Mientras, deja un bol grande con agua en la nevera o en el congelador si tienes sitio. Es importante que el agua esté bien fría. Es el contraste entre el agua hirviendo y la fría lo que facilitará el pelado de los tomates.
2. Coloca los tomates en una tabla y aplica un corte en cruz sobre la base de cada uno. El corte debe ser lo más superficial posible.
3. Cuando el agua rompa a hervir añade los tomates y deja 20-30 segundos. No superes ese tiempo o los tomates empezarán a cocerse. Saca con una espumadera y ponlos en el bol con el agua fría. Deja un par de minutos.
4. Saca los tomates del agua fría y separa por donde veas que la piel se ha abierto, sólo tienes que tirar de ella para quitarla totalmente. ¡Y listos!