¿Somos cada vez más tontos?

¿Somos cada vez más tontos?

Un reciente estudio así lo asegura

Desde 1975, el cociente intelectual medio de los humanos ha disminuido: en concreto, 14 puntos desde la época victoriana (s. XIX) hasta aquí. Te contamos las razones. 

Según nuevos datos, uno de los motivos podría ser que actualmente vivimos más tiempo y que ciertos tipos de inteligencia flaquean con la edad.

El efecto Flynn

Durante cerca de un siglo, el coeficiente intelectual en los países ricos creció de manera estable y predecible, unos 3 puntos por década. Se cree que esto se debió a la mejora de la salud, la nutrición y la educación, entre otros avances sociales. Esta tendencia, llamada “efecto Flynn”, se comprobó por primera vez en la década de 1940 en muchos países, desde los Países Bajos hasta Japón.

¿La culpa es de la educación?

Pero en el año 2004 los investigadores notaron que la tendencia se había revertido y el coeficiente intelectual medio estaba disminuyendo. Una de las hipótesis para explicar el hecho es que entre las capas más educadas de la población y con mejor posición social y económica, las mujeres tienen cada vez menos hijos, lo que habría hecho disminuir el nivel de inteligencia generación tras generación. 

La edad también influye

La memoria de trabajo es la capacidad de almacenar información para su procesamiento, análisis y toma de decisiones. Los investigadores han identificado un patrón muy claro. Mientras que la memoria a corto plazo ha aumentado, la capacidad de la memoria de trabajo ha disminuido. Para los investigadores, la causa podría ser el aumento de personas mayores de 60 años en el mundo, puesto que la memoria de trabajo disminuye con la edad, mientras que la memoria a corto plazo generalmente se conserva. 

El papel de niños y jóvenes

La forma en que los niños han sido educados y la forma en la que gastan el tiempo, también podrían estar detrás de esta situación. Por ejemplo, si antes la lectura era mayoritaria, con la masificación de televisores en los 70 la lectura no ha hecho más que entrar en caída libre. Y aquí entraríamos en el eterno debate sobre si la televisión, indiscutiblemente emboba. 

A lo mejor, hay otras inteligencias.
Pero no todo es basura, en la televisión puedes ver hermosos documentales y hasta excelentes películas enriquecedoras, así que quizá no sea todo tan sencillo como echar la culpa a la caja tonta, las tabletas, los videojuegos o las consolas. De hecho, hay neurocientíficos que han demostrado cómo este tipo de juegos  pueden tener efectos muy positivos sobre diversas funciones cerebrales como la rapidez en la toma de decisiones, el nivel de atención o el tiempo de reacción. Quizás el problema radique, pues, en que conforme una sociedad evoluciona, los tests de inteligencia deberían hacerlo de la misma forma.